La RSE es compromiso, no requisito; Maestro Agustín Llamas Mendoza, del IPADE

La RSE es compromiso, no requisito; Maestro Agustín Llamas Mendoza, del IPADE

El maestro Agustín Llamas Mendoza, del IPADE, revitaliza en su obra la idea de Responsabilidad Social Empresarial con un enfoque ético.

En los últimos años el término de responsabilidad social se ha centrado en las acciones de la empresa hacia afuera, si contamina o no contamina, o si impacta negativamente, pero el planteamiento que hace el profesor Agustín Llamas Mendoza trasciende y va hacia la generación de valor social.

“La empresa, al ser una comunidad de personas que produce valor económico, ya de suyo genera valor social, ahora el reto es medir las actividades donde se genera valor social, y ahí es donde las variables que propongo podrían medir las utilidades sociales”, sostiene el profesor del Instituto Panamericano de Alta Dirección de Empresas y director del Centro de Investigación en Empresa y Sociedad.

La propuesta de Agustín Llamas revoluciona el concepto de responsabilidad social: lo transporta del requisito al compromiso, lo revitaliza a partir de una propuesta ética que pasa del individualismo para volver a pensar en colectivo.

Hace días presentó su libro Generación de valor social, bajo el sello editorial LID, y comparte con El Economista las ideas centrales de la obra.

“Cuando uno habla de responsabilidad social con los empresarios inmediatamente se preguntan de a cómo va ser el sablazo, porque generalmente  lo asocian a un problema de costos.

A mí me ocurrió plantearlo de diferente manera, no en términos de costos sino de utilidades sociales. Se trata  de darle la vuelta en el siguiente sentido: la generación de valor social o de utilidad social o de responsabilidad social, como se le quiera llamar, es una actividad natural al ser humano. No es algo accesorio. No es algo que uno diga ‘voy a ser socialmente responsable’. En todo caso, lo que uno puede decir es ‘voy a cumplir con esa responsabilidad que ya tengo’. Porque de suyo nosotros ya tenemos esa responsabilidad, porque somos seres sociales y nos debemos a esta sociedad.  Somos entonces corresponsables de la cosa pública, de nosotros mismos, de nuestra familia, etcétera”, explica.

El libro Generación de valor social propone medir las utilidades en términos positivos; lo que hace es una reflexión de un sistema abierto. Un sistema político, como la democracia,  genera valor social; luego, en un sistema abierto, por un lado la gobernabilidad y  la gobernanza, también puede generar valor social. Después, en el ámbito de las empresas, en las mismas operaciones de las empresas se puede generar ese valor social. Y por consiguiente llegaríamos a la utilidad social a partir de las externalidades de las empresas.

Llamas Mendoza señala que la responsabilidad social de las empresas debe ir más allá de las acciones a favor del medio ambiente, porque en un sentido amplio son entidades educativas: “las personas aprendemos virtudes y defectos en el centro de trabajo, y eso al final se traduce en comportamientos buenos o negativos en el entorno social donde nos desenvolvemos”.

Establece tres macrovariables para intentar medir el valor social en las empresas: responsabilidad técnica,  responsabilidad humana y responsabilidad con el entorno.

Las empresas que fallan en cualquiera de estas tres macrovariables no sólo no están impactando positivamente, sino que generan desperdicio y costo social a mediano y largo plazo; por ejemplo, un extremo, una persona que es humillada en la empresa tarde o temprano va a generar un costo social, y le va transferir su enojo a la esposa, a sus hijos o al primero con el que pueda desquitarse.

¿SER BUENO PAGA?

Agustín Llamas, maestro en Dirección de Empresas, está convencido de que la nueva forma de ser empresarialmente responsables no tiene que ver con un catálogo de requisitos para conseguir un distintivo de ESR sino con una serie de acciones para tener un mayor impacto positivo en la vida política, económica y social.

“La gente supone que la RSE es algo accesorio y en este sentido van todas esas certificaciones y los sellos, como algo que se adquiere; con frecuencia escuchamos decir: es que ser bueno paga, y no es así. La RSE no la podemos ver de esa manera, porque entonces pierde su valor social y se convierte es utilitarismo. La responsabilidad social no es prescindible”, enfatiza.

ASOCIACIONISMO VS INDIVIDUALISMO

Por último, defiende en el libro la idea del asociacionismo porque genera valor social, ya sea en la empresa o de manera individual, porque supone la optimización de los recursos, mientras que el individualismo lo que persigue en la maximización de los beneficios y eso no genera valor social. “Cuando llevamos a tope los beneficios le pegamos a alguien más, nos lo llevamos entre los pies”

 

Fuente:  https://www.eleconomista.com.mx/empresas/La-RSE-es-compromiso-no-requisito-20171017-0128.html

 

 

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